ENTRE EL DESCARO, ABUSO Y CORRUPCIÓN EN EL SISTEMA ELÉCTRICO DOMINICANO
Por Joel Herasme Melo
Frases como: "Serán meses de interrupciones en el servicio eléctrico" y "al pueblo que tengan paciencia con los apagones", pronunciadas por Celso Maranzini, no son más que una burda provocación.
Estas declaraciones reflejan un descaro inaceptable ante la incapacidad y la gestión empañada por la corruptela en el sector eléctrico, perpetrada por los mismos empresarios, políticos y partidos que han fallado al pueblo dominicano.
Estos actores, en lugar de buscar soluciones, parecen estar al servicio de lo peor para la República Dominicana, perpetuando los problemas que tanto afectan a la ciudadanía.
Las declaraciones de Celso Maranzini, pidiendo paciencia frente a los apagones y anunciando meses de interrupciones en el servicio eléctrico, han generado una profunda indignación entre la población. Para muchos, estas palabras no solo son una muestra de insensibilidad, sino también una evidencia de la desconexión de los responsables del sector eléctrico con la realidad que enfrenta el pueblo dominicano.
Durante años, el sistema eléctrico ha sido un campo fértil para la corrupción y la mala gestión, donde empresarios y políticos han antepuesto sus intereses personales al bienestar de la nación. Las promesas de mejoras y soluciones se han quedado en el aire, mientras los ciudadanos siguen sufriendo las consecuencias de un servicio deficiente y cada vez más costoso, "exageradamente costoso".
Las constantes excusas y justificaciones de los responsables no hacen más que agravar la frustración de una población cansada de promesas incumplidas y de un servicio eléctrico que sigue siendo inestable.
Las interrupciones en el suministro eléctrico no solo afectan la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también tienen un impacto devastador en la economía, especialmente en los pequeños y medianos negocios que dependen de un servicio confiable.
Es inaceptable que, en pleno siglo XXI, la República Dominicana siga enfrentando los mismos problemas que han plagado al país durante décadas. Las palabras de Maranzini, lejos de calmar los ánimos, solo han servido para avivar el descontento de un pueblo que se siente traicionado por aquellos que deberían estar trabajando para mejorar su calidad de vida.
Lo que el pueblo necesita no es paciencia, sino soluciones reales y un compromiso genuino para erradicar la corrupción y la ineficiencia que han sumido al sector eléctrico en esta crisis interminable.
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Por Joel Herasme Melo , Periodista
Imagen tomada de Diario Libre.
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