Indignación por los que se creen
JEFES del deporte.
Joel Herasme.-
Tuve la indignación
y la molestia cuando a decenas de niños y jóvenes de la academia de baloncesto
que dirijo y como entrenador de la misma un capitán (guardia) que está de puesto en el Complejo Deportivo de Barahona (La Villa) le negó e impidió
de manera poco cortés y desconsiderada practicar en las instalaciones del
Palacio de los Deportes, mientras hemos visto como históricamente y aun
continúan realizando actividades políticas, religiosas y artísticas que
deterioran toda la instalación deportiva. Además de que la misma en estos
momentos esta también siendo utilizada para la realización del torneo de
baloncesto superior que sin dudas trae sendos beneficios a quienes organizan y
no conlleva ningún tipo de pago por el uso del centro deportivo.
Es conocido por todos los que de
alguna manera estamos en actividades deportivas y por la ciudadanía interesadas
por estos asuntos como distintas personas cabildean con una competencia feroz y
que ha llegado al nivel de problemas personales entre estos por el afán de ser
nombrados con el cargo de Director de Deportes, así como otros cargan con
papeles de recomendación para entrenadores, monitores y otros empleos por el
simple hecho de pertenecer al partido de gobierno o ser recomendados por
ciertos dirigentes políticos y amigos o conocidos del Ministro de Deportes sin
el mas mínimo criterio o conocimiento de disciplina deportiva alguna, asumiendo
estos que es lo que siempre ha pasado con estos puestos de trabajo secuestrados
por particulares al deporte.
Siento como a pesar del tiempo de
deterioro y el mal uso del que siempre ha sido objeto y el dinero invertido en
una remodelación que casi 4 años después no termina de realizarse, ese tipo de
personas llenos de malas intenciones, porque nunca se ha sabido de su vocación
por el deporte como bien social aunque muchos de ellos alegan que practicado o
jugado algún deporte es requisito para adueñarse del puesto en cuestión,
continuaran siendo parte de la destrucción constante de la clase deportiva, de
los atletas y de las propias instalaciones.
Es que con la práctica
real de los verdaderos entrenadores y dirigentes deportivos, con el baloncesto en particular y el deporte en general organizado estos no consiguen
beneficios económicos particulares, sino con el desorden imperante, creando el caos y las condiciones para prevalecer por medios de intimidación muchas veces, engaños y falsas argumentaciones. No hay búsqueda para los que allí se
''matan'' por que lo asignen o nombren como empleados o seguridad de la misma si las instituciones están fortalecidas, se respetan las reglas y normas para las cuales son sus objetivos; y no tomando actitudes como la de este ‘‘guardia’’ que solo busca
hacerse el ''duro y muy esforzado'' con los que realmente no deben hacerse sino con
quienes desde hace años se han ‘‘comido’’ el otrora majestuoso Complejo
Deportivo.
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